Capítulo 3_Artes del Movimiento

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liquidDPlay FANBOOK: El cuerpo y la ligereza del movimiento estarán presentes en la muestra ARTES DEL MOVIMIENTO, DANZA EN CATALUÑA (1966_2012) que se abre, en otoño de 2012, en el centro Arts Santa Mònica de Barcelona.

Sus comisarios, Bàrbara Raubert y Joaquim Noguero, nos introducen los objetivos de la muestra, la estructura y las partes que forjan e integran esta mirada exhaustiva hacia las artes del movimiento, desde 1966 hasta la actualidad.

Mediante cuatro capítulos —Pies, Tronco, Rostros, Manos—, la instalación audiovisual De Cuerpo Presente, del cineasta Isaki Lacuesta y varios documentales del mismo autor, la muestra pretende hablar del tratamiento del cuerpo en la cultura catalana y de las primeras experiencias del movimiento en el siglo XX, de la libertad y las puertas abiertas en los años sesenta y a lo largo de la transición, de las individualidades que han hecho posible el presente, de la importancia de la vanguardia, y de la riqueza y el vigor de lo interdisciplinar.

El equipo liquidDocs, dirigido por Xavier Rovira, ha sido encargado de realizar el diseño expositivo, la edición y diseño del catálogo, y la muestra VIRTUAL, creada a partir del gestor de contenidos 2.0 liquidMaps.org que presenta el árbol genealógico de la danza mediante un novedoso y extenso archivo online geolocalizado compuesto sobre la cartografía de GoogleMaps®. Un sistema de rastreo, de forma visual e intuitiva, de los procesos y la obra de los creadores y los centros que los acogen, producen y difunden. Mediante este pionero gestor de contenidos online, el archivo presenta información documental y multimedia de las principales compañías, creadores, profesores y escuelas, configurando varias rutas posibles para el usuario de la exposición virtual Arts del Moviment.

 

Artes del Movimiento
Vicenç Altaió


Bajo el título de Artes del movimiento, Arts Santa Mònica presenta la exposición más completa que hasta el momento se haya llevado a cabo sobre la danza en Cataluña y a la vez un gran libro, compendio de estudios y panorama, analítico y creativo, y una web abierta que revisan históricamente, en el presente y en continuidad, así como entrecruzadamente y en comunidad, cuanto sobre el escenario es cuerpo vivo, presencial y efímero.

Del cuerpo gesto a la coreografía, del espacio a la cultura: un baile de momentos singulares captados por imágenes y palabras fijadas, convertidas en memoria, que vuelven a ponerse en movimiento, en un cuerpo de danza colectivo. La danza, en Cataluña y en otras culturas europeas, debe ser respecto a las artes del espectáculo (del teatro al circo) lo que las artes plásticas son a la literatura, acto corporal hacia adentro y hacia afuera, enraizamiento local y cosmopolita, popular y vanguardista, todo a la vez. Por ello, mediante el estudio y la difusión, este proyecto reconoce la danza como una de las expresiones centrales más innovadoras de la cultura contemporánea.

Con esta investigación prosigue una tarea monumental con la que, bajo el título de arqueología contemporánea, pretendemos estudiar, incorporar al patrimonio y difundir aquella cultura que arrancó, en torno a los años sesenta, junto a las universidades y de una cultura alternativa y juvenil, como un cambio total de vida, valores, lenguajes y participación. Las investigaciones sobre arte y escritura y ediciones (Literaturas sumergidas, Gráficas ocultas, Visualkultur.cat), música (Alter Músicas Nativas), cine y audiovisual (Fuera de campo), circo (El arte del riesgo), arquitectura (Arquitecturas sin lugar) se ven ahora complementadas con la incorporación de Artes del movimiento.

Danza en Cataluña (1966-2012) es fruto de la amplia labor de investigación histórica y contemporánea, y de construcción conceptual y visual, expositiva, llevada a cabo por la periodista Bàrbara Raubert y el profesor Joaquim Noguero, especialistas en danza, quienes, a lo largo de más de cuatro años, con numerosas y capitales aportaciones de personas y compañías, han elaborado un proyecto que dibuja las fuentes estéticas de la danza moderna y contemporánea; la relación con las corrientes europeas y las figuras históricas; los maestros, las escuelas y los métodos; la interrelación con las otras artes (de la poesía a la música, del arte a la vídeodanza); los talleres y los espacios de exhibición; las individualidades, los grupos, para concluir con un extraordinario Árbol genealógico y un Diccionario de equivalencias con las artes.

 

Del ballet clásico al flamenco y de los bailes populares a la danza contemporánea y el teatro danza, en un itinerario de pasos, gestos y cruces, que convergen en un único cuerpo del que se fragmentan y potencian Pies, Tronco, Rostros y Manos. La cardinal aportación del cineasta Isaki Lacuesta que ha creado un cuerpo de baile a partir de la filmación de los solos de siete coreógrafos independientes constituye uno de los logros visuales de mayor energía de la danza catalana actual, una bellísima instalación de proyecciones simultáneas en el claustro del Arts Santa Mònica y en el corazón de la exposición. El trabajo creativo de Lacuesta se complementa con la más cabal memoria documental de la historia de las imágenes de la danza y la voz oral de sus protagonistas que él mismo ha realizado con los comisarios. Además, el libro contiene a modo de prólogo y epílogo visual las imágenes de las representaciones y personificaciones de las figuras históricas de la danza y del espectáculo del siglo XX revividas por bailarines de hoy.

Con la intención de asegurar el futuro del mapa genealógico y conferirle complementariedad, continuidad y apertura se ha creado un archivo multimedia e interactivo, liquidMaps.org, abierto a la comunidad y a las nuevas generaciones. La aportación de Xavier Rovira y de su equipo en la conceptualización del proyecto expositivo, arquitectónico y gráfico, garantiza el conocimiento, la renovación, la colaboración y el alcance internacional del proyecto desde el estudio de diseño, comunicación y editorial liquidDocs.

El esfuerzo, el entusiasmo y la generosidad con la que el colectivo de la danza ha respondido a esta iniciativa han hecho posible esta primera gran aproximación que será semilla para las nuevas generaciones de creadores, investigadores y del público despierto que vive la danza contemporánea como goce y conocimiento, arte y cultura. Nuestro reconocimiento a los grupos y personas, asociaciones de danza, compañías, Mercat de les Flors, Institut del Teatre, Institut Ramon Llull e Institut d’Empreses Culturals.  Todos han contribuido al complejo mosaico y al reto ambicioso que nos hemos fijado con Artes del movimiento.

 

De cuerpo presente, en danza con la vida que el cuerpo presiente
Joaquim Noguero

Siete cuerpos con sed de vida. Cada uno de ellos danza solo en representación de muchos. En el presente del movimiento y el sonido del roce de los miembros, a veces roto por un hilo de voz, se detecta la presencia firme del cuerpo y la ligereza del movimiento encerrado en el espacio de la escena, en el marco de la pantalla, en el código de barras de su propio estilo, en la memoria de lo que cada uno presiente y de cómo lo presenta: capas geológicas de pasos articulados en el peso fisiológico del cuerpo, formación y sensaciones, impresiones, emociones e ideas. El movimiento propone rutas, esquiva ruinas, respira ritos. Es el dedo que apunta a la luna de un posible mapa. Porque, incluso en reposo, un cuerpo no está parado: tan sólo se mueve de forma acentuadamente lenta, por decirlo como dicen que lo decía Galileo, el sabio de eppur si muove.

Así de difícil, instalados en esta agua heraclitiana que corre para no volver jamás, así de complejo y de frágil y de sensible y de utópico es tratar de hablar del pasado de la danza para recuperar la memoria de un cuerpo que, por definición, siempre está (vive y existe) en el presente. Después, podemos recuperar de él pequeñas señales, tímidos pasos en la arena, meros fetiches suplantadores del deseo por el cuerpo real, pero estas pistas tan sólo constituyen el hueso de Cuvier que nos permitirá reconstruir el posible perfil del esqueleto, pero ni de lejos imaginar o sugerir por completo la sonrisa, la sensualidad, los movimientos y las intenciones de la carne que lo movía y lo hacía pasear por el mundo con una poca de gracia. Es por eso que cuando empezamos a hablar sobre esta exposición, Bàrbara Raubert creyó importante dar un papel central a la imagen cinematográfica a capella de siete cuerpos de bailarines-coreógrafos filmados en 16 mm por el cineasta Isaki Lacuesta. Es sobre esta capilla laica que todo debía comenzar, con un cuerpo que tiene los pies en el suelo, subrayado por los movimientos higienistas y artísticos del siglo XX, y exaltado y redescubierto en nuestro país a partir de los años setenta. Es a partir de ello que procuramos explicar las obsesiones y los sueños del grupo de gente que se ha dedicado a la danza en Cataluña desde finales de los años sesenta hasta hoy, poniendo también un énfasis muy especial en el hecho que no partían desde la nada, ya que todo lo que había pasado antes a lo largo del siglo insistía en un mismo gusto por lo que se hacía fuera y por la interdisciplinariedad artística entre creadores. En los altibajos de un siglo XX especialmente movidillo y en medio de la precariedad económica y de escuelas del país, cabe destacar al menos el mantenimiento de la seguridad ilusionada de un mismo impulso compartido.

La instalación de Isaki Lacuesta toma el título que Bàrbara Raubert se planteó inicialmente como idea motora. Todo empieza De cuerpo presente porque la danza es evanescente, un flujo constante en el espacio, que nace y muere en el tiempo, mientras se escribe efímera en el movimiento y en la presencia del cuerpo. Queda, empero, el ejemplo: la fragilidad de la coreografía, la memoria de una tradición que sirve de punto de partida de otros, un legado pasador, en ambos sentidos del término. Fotografías y filmaciones no son más que una simple huella o una radiografía del tránsito real de esos materiales: apenas apuntan hacia lo más denso el esqueleto, tan sólo señalan una dirección, una línea, una tendencia, pero es suficiente para adivinar intenciones y maneras, unas alianzas, colaboraciones e individualidades, rostros concretos y equipos colectivos. Así pues, la danza es efímera en las concreciones de un movimiento que desaparece en el mismo momento en que sucede. El cuerpo se desvanece en el tiempo y las sinuosidades del movimiento. Pero como lenguaje artístico la danza perdura en la coreografía, entendida como un plano mínimo del plan del artista (sus intenciones). Eso sí: sin estridencias, sin ningún tipo de pretensión de convertirse en objeto original, ya que se ha renunciado a la vieja categoría fosilizada de los bellos “cadáveres exquisitos”. La verdad es sencilla: todo movimiento puede ser danza, señal y parte constitutiva de las complejidades de un cuerpo vivo.


La exposición, que tendrá lugar en el centro Arts Santa Mònica de Barcelona en el otoño de 2012, hace hincapié en esta presencia central del cuerpo, con los cuerpos de siete coreógrafos-intérpretes diferentes y muy identificables, que se imponen sobre el espectador sin música, en el blanco y negro de 16 mm rodados desde un mismo punto de vista, cada cuerpo con sus características personales. Son Cesc Gelabert, Àngels Margarit, María Muñoz, Sol Picó, Andrés Corchero, Thomas Noone y Marta Carrasco en sintética representación central de lo que han sido algunas de las líneas y los logros de los últimos cuarenta años en Cataluña. La incorporación del movimiento de base técnica más académica de Noone refleja también la incorporación continua de corrientes y personalidades foráneas a lo largo de la historia de la danza catalana reciente. La contraposición de estilos es evidente cuando la influencia oriental toma tonos de Chaplin en Sol Picó y un aire casi a lo Buster Keaton en Corchero. La instalación de Lacuesta tendrá un papel central en el claustro del centro Arts Santa Mònica, mientras en torno a esos cuerpos concebidos como auténticos protagonistas de las coreografías desgranaremos en cuatro partes la historia reciente de la danza en Cataluña. Junto a las fotografías y documentos, cada sección incluye también un video de entrevistas filmadas y montadas por Lacuesta. El cuerpo de la danza en la exposición presenta así las siguientes cuatro partes.


... así de complejo y de frágil y de sensible y de utópico es tratar de hablar del pasado de la danza para recuperar la memoria de un cuerpo que, por definición, siempre está -vive y existe- en el presente.


Pies,
los primeros pasos.


Los pies de la danza son la base, la técnica, la tradición. Son el fundamento del movimiento, la base de un cuerpo que entra en diálogo con el espacio y el tiempo, y que salta por encima de la tradición cuando llega el momento de hacer camino por cuenta propia precisamente porque la ha tenido y la tiene en cuenta. Aquí hablaremos de los orígenes, de los precedentes que sobre todo a lo largo del siglo XX crearon una base moderna sobre la cual hoy podemos explicar la intensa y especial floración encontrada a partir de los años sesenta, durante los setenta, ochenta y noventa. A partir de la llegada de Les Ballets Russes a Cataluña en el año 1917 y de la adaptación del dalcrozismo por Joan Llongueras desde el 1906 (Universitat Popular de Terrassa) y sobretodo a partir del 1913 con la creación del Institut de Rítmica i Plàstica (Orfeó Català), además de los diferentes representantes de las danzas libres (Àurea de Sarrà, Tórtola Valencia, Fina Cirera, etc.), se forja la base para que los coreógrafos catalanes del siglo XX ya no se limiten a la danza académica. El cuerpo es una vía real de conocimiento.

 

Tronco,
la matriz contemporánea de la danza catalana.


El tronco de la danza es el impulso del corazón, contracciones y relajaciones musculares, la sensualidad de las caderas, el centro firme de un cuerpo en crecimiento: en el tronco se encuentran los órganos vitales. La matriz de lo que hoy somos empezó a constituirse a finales de los años sesenta y, sobre todo, en el latido ilusionado vivido a lo largo del proceso de la transición democrática. La libertad tomó las calles, las cabezas y los cuerpos, y la amnistía y la autonomía propias del momento también liberaron de muchas cadenas un cuerpo finalmente libre y autónomo. Rupturas que en Europa y Estados Unidos se habían desarrollado a lo largo del siglo XX (o en Japón después de la Segunda Guerra Mundial) llegan de repente a Cataluña después de cuarenta años de aislamiento encerrados en la nevera de la dictadura. En Barcelona, encontramos los estilos contemporáneos en el Estudio Anna Maleras y en el Institut del Teatre (el método Graham, el método Limón o la danza jazz). Empiezan los stages y los talleres de verano en Sitges, Mallorca y Menorca junto con viajes a Colonia (Alemania) y a Cannes (Francia). En los años ochenta, La Fàbrica en seguida pone en marcha lo más industrioso, fabril y febril de la maquinaria que modelaría muchas de las primeras compañías catalanas. Y entre los ochenta y los noventa cada nueva pincelada acaba por añadir variedad y riqueza al conjunto. Hoy este tronco tiene sangre, emociones y ADN propio.


 

Rostros,
quienes la bailan.

 
Los rostros son la mirada de quien ha dado la cara por la danza, el impulso individual que empuja los logros colectivos, la expresividad, la creatividad y las excepciones que confirman la regla. En los años setenta, la danza recupera un papel colectivo, pero nada habría tenido lugar sin individualidades concretas, sin gente particular que asumió el compromiso de tirar adelante, sin esfuerzos privados y tantas obsesiones personales. Formados en el renovado Institut del Teatre, en el estudio Anna Maleras, en talleres de muchos coreógrafos y profesores extranjeros que pasaban por nuestro país o directamente con visitas de formación a Nueva York, Francia, Alemania y Japón, más de un centenar de personas y de compañías han configurado el presente de la danza en Cataluña. Si hay asociaciones es porque hay gente que danza y se da la mano y pone los pies en movimiento y se asocia. Sin expresividad personal, la danza sería pura mecánica. Es creación cuando tiene rostro, cuando le ponemos cara y se convierte en un cuerpo que nos interpela de tú a tú. En esta sección, pues, presentamos el árbol genealógico de la danza reciente de Cataluña a partir de quienes la protagonizaron. Un menú a la carta permite visualizar en pantalla grande la ficha mínima de cada formación, algunas fotos de espectáculos relevantes, clips con algunos fragmentos significativos, etc. Los rostros se multiplican de uno en uno: son muchas individualidades las que han otorgado a la danza catalana un cuerpo colectivo con peso propio.

 

Manos,
el encaje de las artes.
 

Las manos son el órgano de relación con los demás, la mano tendida a la colaboración, la flecha que señala otras direcciones, el dedo que apunta a la cara oculta de luna de las otras artes. Gracias al modelo inicial de Les Ballets Russes a principios del siglo XX, dos han sido las principales características que la danza catalana ha mantenido desde entonces: una cierta modernidad (voluntad de vanguardia estética) y la interdisciplinariedad (la danza catalana no ha parado de ofrecer la mano a otros creadores y formas artísticas para que la acompañaran en el escenario). Bajo este espíritu, las manos se han relacionado unas con otras y la apertura de propuestas ha sido un hecho. En forma de diccionario portátil, esta sección definirá qué es danza y cómo se han acercado a ella artistas como Pablo Picasso, Joan Miró, Josep Clarà y Frederic Amat, o qué sonidos le han puesto Robert Gerhard, Frederic Mompou, Carles Santos, Joan Saura, Agustí Fernández, Pascal Comelade, etc. Música y obra plástica no están solos: al movimiento coreografiado se le ha sumado la palabra poética de Feliu Formosa, Enric Casasses, Arnau Pons o Eduard Escoffet, entre otros escritores de distintas generaciones. He aquí la transversalidad que ha caracterizado la danza en Cataluña. Es la aventura de la libertad trabajosamente conseguida por encima de mil y una restricciones.

Joaquim Noguero es profesor de periodismo cultural en la facultad de Comunicación Blanquerna de la Universidad Ramon Llull y crítico de danza. Dirige la revista Reflexiones en torno a la danza del Mercat de les Flors de Barcelona. Junto a la crítica de danza y periodista cultural Bàrbara Raubert, es comisario de la exposición Artes del Movimiento. Danza en Cataluña (1966_2012) programada en el centro Arts Santa Mònica para el otoño de 2012.